"Si no tuvieras esos años, y si tu pene sobrara tamaño en mi boca, te diría que esto me vale poco..."
Estas letras no son mías, pero son una entrada a La Habitación del Pervertido, cortesía de Frances Twing Quid Bohemia (http://www.seamospuroego.blogspot.com/) Gemimiano ahora... Agradezco el tiempo de espera.
Y revolviendo en mi inconsciente
consiente de todo mí alrededor, encontré un cuarto lleno de féminas que rogaban
por mi sexo y yo, sin ningún asco, penetraba a todas.
Todas aquellas mujeres con las
cuales soñé y con las cuales no, todas aquellas que desconocía y conocía, de
todos los colores y todas las edades.
Mis escrúpulos jadeantes morían
en un rincón alejado del cuarto, donde se llevaban a cabo todo tipo de actos
sexuales. Felatíos, penetraciones anales y vaginales, tortura de pezones, y
eyaculaciones que rebosaban los orificios.
Como zombies se abalanzaban sobre
mi, hambrientas de un miembro, yeguas salvajes indomables que cegadas por la
luz ultravioleta buscaban el semen en sus bocas.
Fui criándolas sexualmente, como
cachorros, como objetos, culminando así la matanza de mi moral.
Pase un largo lapso dentro de ese
cuarto, donde los anillos de sus anos apretaban y exprimían mi orgullo, donde
sus vulvas lo acariciaban, desde el glande, hasta la base. Derramaba entonces
mi esperma en el interior de sus gargantas, llenaba sus bocas de dicha
sustancia, sus cuerpos también.
Todas sus personalidades eran
distintas, y sin embargo, todas disfrutaban tanto la lascivia que les brindaba,
que las 24 horas se perdían en el sexo, con todas y cada una de ellas en distintos
momentos, en cualquier momento.
Terminaban de hacerlo, se bañaban
y vagaban por la habitación consumiendo sus drogas, desnudas por supuesto.
Yo, hacia lo mismo pero vestido,
la ropa generalmente duraba solo unos 20 minutos.
Un día, decidí salir de la habitación,
sabiendo que ahí estaría, ellas simplemente empezaron a masturbarse y a lamerse
entre ellas.
Mi moral jamás volvió, y fue
lamida por esas bellezas, penetró cada uno de sus cuerpos, dejando un poquito
de si en cada una de esas perfectamente proporcionadas figuras.