sábado, 25 de junio de 2011

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Iba hoy a narrar cualquiera de mis relatos absurdos y llega él. Su estado cambiante y deshilachado me apalean el alma.

Antes de su llegada estaba en mi cama, esperando la llamada del chico aquel que una vez me tocó el cuerpo, aún sin llegar a los senos, ni la entre piernas... ¡mierda! ¿qué pasó ese día?. En este momento tengo una mezcla fantasiosa donde lo olvido a él, paso de largo, y sigo con el estado cambiante y deshilachado de quien se acaba de ir. (Dije que llegó, pero ya se fue)
 ..................................Como quisiera tenerlo debajo del ombligo, para susurrarle la respiración agitada desde arriba, que cruce el camino de mis labios, pase por la planicie de mis senos y termine ondulando su escasa cabellera. El deseo es incontenible, la serpiente rosa quiere besar el suelo de su cuerpo, y hasta la sucia masculinidad de su brutal depravación al mencionar mi trasero y sus inofensivos calambres desde el torso al pubis que envenenan sus pensamientos y acaban desapareciendo con el liquido final.

Estos últimos días soy tan femenina, lo único diferente que he sentido es la obsesión, de matarlo quizás, ¡ah, y  la forma que miro a la muchacha que trabaja en el colegio que visito todas las tardes, es hermosa, siempre con su porte desarreglado, con el jeans que le marca la parte delantera se las caderas y entre las piernas apretadas, el lunar cerca de su ceja izquierda, la poca notoriedad de sus senos entre la blusa blanca ancha, y su forma de caminar. El rostro perfecto, y el cabello recogido con poco detalle, sin esfuerzo. La he imaginado desnuda, a veces, entonces pienso en mi instinto animal, el hombre dentro de mi cuerpo que fuma y conquista a cualquier jovencita en busca de experiencias homosexuales, de descubrir "cosas nuevas" (de ellas me aprovecho sin pudor)

Yo se que he dejado la perversión de lado (exceptuando la tarde aquella en que junto a ese chiquillo de 22 años comencé a chuparme el dedo en señal de lamidas y mamadas que él miraba en shock imaginando que podría ser su pene y constantemente de levantaba para "arreglárselo"). Estas caídas constantes se deben a un rara mezcla de oscuridad y brisas matutinas en mi habitación.

Que cosas, me acaba de llegar un mensaje al correo, seguido del antojo de una hamburguesa justamente cuando arrancha el grito de la lluvia.
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Vuelvo, en estado trepidante, pero no puedo seguir..

1 comentario:

  1. Hola Daffair, cuantas aventuras y deseos incumplidos rondan en esa mujer-hombre pervertida! Lo leí tres veces. Lindo relato ;)

    Besotes

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